lunes, 16 de agosto de 2010

el ser y hacer docente

1.- ¿Cuándo, cómo y por qué me inicie como maestro?


En enero del año 2004 fue cuando ingrese como docente en el centro de bachillerato tecnológico industrial y de servicios numero 45.

Ante la necesidad que existe en el plantel en la materia de computación, ya que no existe mucho recurso humano para impartir esa materia, fue mi oportunidad de incorporarme al plantel.

Tras veinticinco años de recorrido profesional, el autor afirma que se aprende a ser profesor por ensayo y por error. En el camino deben sortearse distintas dificultades, como elaborar tu propia identidad profesional, dominar las técnicas básicas para ser un buen interlocutor, resolver el problema de la disciplina y adaptar los contenidos al nivel de conocimiento del alumnado.


Como casi todo el mundo, yo me inicié en la enseñanza con altas dosis de ansiedad; quizás porque, como he escrito en otra parte, nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error.





2.- ¿Qué pienso y siento de ser profesor?

Al principio me sentía un poco inseguro ante la inexperiencia personal, poco a poco me fui adaptando y con el paso del tiempo he adquirido más experiencia en el ámbito docente.

Se siente un orgullo y una satisfacción más cuando los alumnos que egresan te recuerdan con alegría su periodo en la institución.

La libertad de estar en clase con seguridad en mí mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y lo que no se puede hacer en una clase; la libertad de decir lo que pienso, de ensayar nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y modificar contenidos. Y con la libertad llegó la alegría: la alegría de sentirme útil a los demás, la alegría de una alta valoración de mi trabajo, la alegría por haber escapado a la rutina convirtiendo cada clase en una aventura y en un reto intelectual.





3.- ¿Qué ha significado ser docente en educación media superior?

Un logro a nivel personal y observar que se debe estar a la vanguardia educativa y adquirir una mejor preparación para desarrollar habilidades y cualidades que nos ayuden a lograr un gran avance en la educación media superior. Ya que los alumnos son el futuro en el cual están las manos del país, y gracias a su buena educación podrán ser unos excelentes profesionistas, y sus conocimientos adquiridos en el bachillerato son la base para su futuro.

Hace tiempo, descubrí que el objetivo es ser maestro de humanidad. Lo único que de verdad importa es ayudarles a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Para ello, no hay otro camino que rescatar, en cada una de nuestras lecciones, el valor humano del conocimiento.


”Era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir”



4.- ¿Qué motivos de satisfacción tengo?

El que los alumnos sigan con sus sueños de ser alguien productivo en la vida. El mirar que muchos lo han logrado y muchos están en ese periodo, es base también para sus postgrados. Y los que terminaron el bachiller y por alguna circunstancia no siguieron estudiando pero son personas de provecho. Eso es un gran motivo de orgullo.

El estar en preparación y mantenerme más actualizado con los nuevos programas que van surgiendo en lo que corresponde a la computación.

Desde esta perspectiva, la enseñanza recupera cada día el sentido de una aventura que te rescata del tedio y del aburrimiento, y entonces encuentras la libertad de expresar en clase algo que te es muy querido. Inmediatamente recibes la respuesta: cien alumnos pican el anzuelo de tu palabra y ya puedes dejar correr el sedal, modulas el ritmo de tu explicación a la frecuencia que ellos emiten con sus gestos y sus preguntas, y la hora se pasa en un suspiro -también para ellos-. Y entonces descubres la alegría: ese momento de magia te recompensa las horas de estudio y te hace sentirte útil en la enseñanza.



5.- ¿Qué motivo de insatisfacción tengo?

Por el momento la dificultad de escalar en forma más rápida ya que mi remuneración económica es un poco baja.

El primer problema consiste en elaborar tu propia identidad profesional. Esto implica cambiar tu mentalidad, desde la posición del alumno que siempre has sido, hasta descubrir en qué consiste ser profesor. Y aquí aparecen los primeros problemas, porque hay enseñantes que no aceptan el trabajo de ser profesor.


Tiene claro lo que debería hacer en clase, pero no sabe cómo hacerlo. “El choque con la realidad”.


¿Cómo reconocer ante otros que yo tengo problemas en la enseñanza, si el “buen profesor” no “debe” tener problemas en clase? Como señala el artículo de Fernández Cruz, la identidad profesional se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un periodo de especialización

3 comentarios:

  1. muy bien cesar, por lo economico todos los jovenes estamos igual pero llegara el dia hechaleganas y para delante.

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  2. perfecto cesar, sugue haciendo las cosas tan bien como hasta ahora, la cosecha biene luego.

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  3. cesar buen trabajo , goog luck(Y)!!

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